Como venimos haciéndolo desde algún tiempo en este blog, hoy hablaremos de nuevo de la reducción de costes en la empresa. El mes pasado os invitamos al webinar ?10 fórmulas para ahorrar costes y aumentar los ingresos de tu empresa? y, mañana, os podréis descargar el E-book en este blog.
Ya os hemos presentado, por lo tanto, algunas medidas rápidas y fáciles de implementar para reducir gastos en vuestra empresa pero hoy, en este post, nos gustaría resaltar la importancia de evitar el cortoplacismo y sustituirlo por una visión a futuro.
En demasiadas ocasiones pensamos que ahorrar dinero es simplemente reducir gastos al máximo cuando deberíamos centrarnos en el "VALOR" y no en el coste. Es una cuestión de equilibrio. Hay costes que, por muy elevados que sean, simplemente no se pueden o no se deben reducir porque el valor que aportan es crítico para la organización y otros que podrían parecer súmamente importantes pero que no tienen tanto valor estratégico.
Os pondré un ejemplo. El caso de Ryanair. Si habéis viajado alguna vez con esta compañía habréis notado que los servicios que nos ofrecen son escasos:
- La reserva 100% online, si precisas ayuda, pagarás la llamada a precio de ?te leemos el futuro?
- La tarjeta de embarque en tu impresora, a menos que quieras pagar 40?
- El equipaje se transforma en un ejercicio de papiroflexia, tratando de encajar tu vida en una pequeña maleta. En esto sí han tenido, por lo menos, la gracia de ayudarnos con un vídeo ?cómo hacer la maleta para 1 mes, sin exceder peso ni dimensiones?
- Si viajamos desde Alicante, paseíto hasta el avión, la compañía quiere reducir costes eliminando fingers?el clima acompaña.
- Y podríamos seguir?

Pensaréis que Ryanair es el típico ejemplo de compañía con un plan drástico de reducción de gastos y seguro que también os preguntaréis si reducir los gastos en detrimento del servicio y la calidad es una estrategia empresarial acertada. Pues la respuesta es sencilla. Seguro que Michael O'Leary, presidente de Ryanair, tiene claro qué gastos puede reducir y cuáles no. Seguro que sabe perfectamente en qué gastos reside el valor para su compañía.
Ryanair continuará gastando en automatizar los procesos, en adquirir aviones baratos a aeronáuticas en dificultad, en alimentos y bebidas de dudosa calidad que nos ofrece, en estrategias de marketing, posicionamiento y optimización web y, lo más importante, en negociar subvenciones e incentivos con aeropuertos y regiones.
¿Y a nosotros qué valor nos dan? A nosotros sólo precio porque, aunque nos reviente, volamos con ellos por precio y no por servicio. Un ?precio tirado? con un ?servicio tirado?. Esto es lo que hace que seamos un modelo atípico de cliente que, para Ryanair es, a su vez, un producto de intercambio con las regiones, que cuando aterriza, de forma maravillosa, se transforma en apreciado cliente y hambriento turista.
Según un reciente estudio de la consultora Air Scoop, Ryanair obtendría hasta 10? por pasajero por volar a aeropuerto segundarios donde casi nadie opera. Al año podría suponer para la compañía cientos de millones de euros, puesto que Ryanair transporta a 72 millones de usuarios. Otra fuente importante de ingresos reside en la carga a sus clientes con infinidad de tasas, como la recolocación en un vuelo del mismo día (75? extra) o la imprimir la tarjeta de embarque en el mostrador de facturación como lo hemos comentado. Ryanair atrapa al cliente con estas cargas adicionales al final de compra y este tipo de ingresos representa casi un 20% de su facturación anual (886 millones de euros).
En resumen: ofrecer un bajo precio (asegurándose así que los pasajeros seguirán acudiendo a la aerolínea por muy malas experiencias que hayan tenido), con unos gastos mínimos en servicios al cliente/producto y recibir subvenciones por aportar tráfico a los aeropuertos y turismo a las regiones.
En el ejemplo de Ryanair, por muy extremo que parezca, demuestra que un plan de reducción de gastos en una empresa debe ser estudiado detenidamente, debe encajar en la estrategia empresarial y no debería nunca ponerse en marcha sin haber previamente calculado su ROI. Ryanair continuará ofreciendo un producto barato y rentable ahorrando todo gasto superfluo, optimizando recursos y reduciendo los gastos en servicios críticos automatizando procesos o dejando que parte del trabajo lo hagan o lo paguen los propios clientes. Lo continuará haciendo siempre y cuando estas prácticas le permitan garantizar el volumen de pasaje que habrá pactado con los aeropuertos y regiones y por el cual recibe buena parte de sus ingresos. De momento su modelo de negocio le está dando resultados ya que sus beneficios netos ascienden a 503 millones de euros tras registrar ventas de 4.325 millones en su último ejercicio.