Herramientas de control horario: ¿Mejoran la productividad laboral?
La utilización de ordenadores y otra clase de dispositivos tecnológicos ya no pertenece exclusivamente al ámbito de los trabajadores del conocimiento. Cada vez más, las empresas adoptan medidas de flexibilidad laboral, los empleados tienen la capacidad de dedicarse a su actividad de una manera más versátil y todo lo que les rodea les impulsa a seguir por esa línea, sin opción de volver atrás.
En este nuevo entorno laboral, el control horario y el control de actividad de los trabajadores es más que nunca una necesidad de los empleadores, quienes buscan soluciones para poder gestionar estos nuevos modelos laborales que aparecen al amparo de las nuevas tecnologías. Además la nueva ley de control horario obliga las empresas a llevar un registro diario de la jornada laboral tanto de los empleados que trabajan desde la oficina como de los empleados que teletrabajan.
En este post buscamos profundizar un poco más sobre estas formas de control laboral. tratando de:
- Buscar alternativas a los sistemas tradicionales de vigilancia.
- Proponer indicadores a tener en cuenta para valorar a los empleados.
- Dejar de fijarnos simplemente en el control de presencia laboral y analizar el rendimiento individual de forma objetiva.
La desconfianza y el control horario: un arma de doble filo
El principal problema es que, muchas veces, las empresas adoptan soluciones «represivas» que no sólo no pueden garantizar un control horario efectivo sino que merman la motivación de los trabajadores. Nos referimos a sistemas de fichar la entrada y salida de la jornada laboral, así como algunas herramientas de control horario que bloquean el acceso libre a Internet e incluso inhibidores que limitan el uso del smartphone en la oficina.
Esta mentalidad que parte de la desconfianza hacia los trabajadores, provoca que éstos comiencen a su vez a perder su confianza en la empresa. A la larga, mantener una atmósfera de este tipo se traduce en:
- Plantilla desmotivada: la moral del trabajador se va reduciendo progresivamente.
- Acusados descensos en la productividad: que tienen su base en la falta de satisfacción.
La cuestión es que, muchas de las empresas que optan por métodos de este tipo no son conscientes de la realidad y, de hecho, se han decidido por estas alternativas como medio para incrementar la productividad de las personas. Cuando, precisamente, sucede todo lo contrario:
- Restan motivación.
- Generan desconfianza.
- Y acaban por desalentar a los trabajadores.
En los entornos empresariales donde los trabajadores sospechan respecto a esta práctica de control, la crispación y el mal ambiente están asegurados, lo que inevitablemente también perjudica a los resultados y el ambiente de trabajo. Por eso, los sistemas control horario son una medida que las empresas cada vez se cuestionan más y en muchos ámbitos se considera un arma de doble filo.
Ante la baja productividad, es cierto que una organización ha de actuar, pensando en su propio beneficio y es lógico sentir la necesidad de comprobar si los empleados realmente cumplen con las obligaciones de su puesto de trabajo. Sin embargo, no se puede cerrar los ojos ante la realidad y es importante no dejar a un lado la visión más humana de su negocio, que son las personas, antes de aplicar medidas meramente de supervisión y control.
Cómo enfocar la solución al problema
Si se valoran ventajas e inconvenientes del control horario es fácil darse cuenta de que hay que optar por soluciones más flexibles, transparentes, compartidas y sobre todo objetivas. Existentes alternativas diferentes, como Time@Work, más actuales y adaptadas a todos los entornos laborales. Estas soluciones no se limitan en proporcionar un control de los horarios de entrada y salida de los empleados, ofrecen también indicadores de rendimiento laboral que, al fin y al cabo, es el único factor relevante a la hora de evaluar sus recursos humanos.
Conocer los horarios de entrada y salida de los trabajadores nos da un indicador de asistencia y presencia. Entender cómo se gestiona el tiempo nos proporciona información mucho más valiosa, sobretodo cuando el profesional adopta la posibilidad de flexibilizar su horario laboral.
Así, demostraremos que para la empresa los horarios no son tan significativos, ni tan importantes para el futuro de la organización, mientras que probaremos que el proporcionar al trabajador unos objetivos medibles que puedan ayudarle a generar una estrategia de prioridades de tareas relativas a su puesto de trabajo, sí que resulta fundamental.
Las herramientas de control horario motivan a los trabajadores
Cuando el profesional logra entender la gestión de su tiempo durante la jornada laboral, gracias a una herramienta de control horario que le permita obtener datos contrastados sobre en que tareas es más productivo o menos, identificará con facilidad sus fortalezas y puntos de mejora para optimizar su desempeño y formación, lo que favorece al autoconocimiento profesional, alcanzando un nivel de autonomía laboral que le permitirá modular su agenda en base a su escala de prioridades y del tiempo disponible, evitando desajustes en las cargas de trabajo y pérdidas de tiempo útil, para así, aumentar su productividad laboral independientemente del lugar en el que se encuentre trabajando, desde la oficina o teletrabajando.
Únicamente recurriendo a la responsabilidad individual de cada profesional es posible adoptar un modelo basado en la propia autogestión del tiempo y los horarios, enfocado al cumplimiento de objetivos y no al de un horario establecido. De esta forma, las personas se sentirán más libres de organizar su jornada laboral y por extensión más motivadas e implicadas con el proyecto empresarial, lo que aumentará indudablemente su productividad laboral. Es una situación en la que todos ganan.