No cumplir con tus promesas puede dañar notablemente la confianza que tus compañeros, superiores o trabajadores tengan hacia ti. Cuanto más amplio es el espacio entre tus palabras y tus acciones, menos confianza transmites. Por ejemplo, si dices que vas a entregar un proyecto el viernes, olvidando que tienes otra tarea importante el jueves, tendrás que entregar ese proyecto para el viernes de todos modos. Si no te haces responsable, corres el riesgo de dañar tu propia reputación. El éxito empresarial se basa en mucha, muchísima puesta en práctica. Las palabras y la mentalidad son muy importantes, pero ponerte manos a la obra y cumplir con lo que dices es lo que realmente marcará la diferencia.
Muestras una sonrisa tensa
Un estudio de 2016 publicado en Actas de la XVIII Conferencia Internacional de la ACM sobre Interacción Multimodal encontró que ciertas expresiones faciales se perciben como signos de falta de confianza, incluso si no lo son.
Por ejemplo, los participantes en el estudio, que jugaron un rol en las negociaciones en parejas, pensaron que las sonrisas controladas eran signos de falta de confianza, aunque no lo fueran. Piensa no solo en la intención que tienes cuando haces un gesto, sino en como ese gesto puede ser percibido. Puede sonar retorcido, pero si quieres que las personas realmente confíen en ti, deberás esforzarte en ser percibido como alguien de confianza.
No entiendes lo que otras personas valoran
El agente de contraespionaje Robin Dreeke recomienda usar la regla del platino para que la gente confíe en ti. En lugar de tratar a los demás como te gustaría que te trataran (la regla de oro), trátalos como les gustaría a ser tratados a ellos. Imagina que un compañero responde mejor a un tono amable, educado y profesional, mientras que otro prefiere que lo trates con cierta cercanía, siempre con un punto de sentido del humor. Saber qué quiere cada persona te acercará a pasos agigantados al éxito empresarial.
En otras palabras: hable en términos de lo que es importante para ellos, de una manera que puedan entender fácilmente y a través de la cual estarán más dispuestos a darle lo que desea.
Elogias demasiado la gestión
Valorar excesivamente a sus superiores en el trabajo puede llevar a que tus colegas cuestionen su integridad. Quizá piensas que para alcanzar el éxito empresarial, debes llevarte bien con tus superiores, pero la realidad es que debes procurar que tu relación sea buena con todos. Si tus compañeros perciben una veneración excesiva por tu parte hacia los jefes, podría ser percibido como una señal de que harás lo que sea por llegar lo más alto posible, y que solo te importa como los jefes te perciban, y no tus propios compañeros.
Aine Cain, de Business Insider, habló con Vip Sandhir, CEO y fundador de la plataforma de participación de empleados HighGround, quien dijo que siempre hay un compañero de trabajo que aparentemente no puede hacer nada mal.
"Si bien este empleado puede ser perfecto en el papel, hay algo en ellos que se revela falso", dijo Sandhir.
Agregó que "este compañero de trabajo es extremadamente pulido y hará lo que sea necesario para ascender en la escala corporativa, lo que en última instancia puede crear graves problemas de confianza entre los miembros del equipo".
5. Usas lenguaje insípido
Decirle a tu jefe "Creo que hice X" es una manera segura de hacer que confíen menos en ti. Alcanzar el éxito empresarial requiere, en gran medida, una claridad mental y una seguridad en uno mismo que no casan con este tipo de lenguaje. No tienes que saberlo todo, en absoluto, de hecho las personas más exitosas son aquellas que son capaces de admitir sus errores, hacer preguntas, o decir ''no lo sé'' cuándo realmente no conocen la respuesta. Pero desconocer tus propias acciones y palabras de forma reiterada puede ser perjudicial para la confianza que inspires en los demás.
Es un ejemplo del "lenguaje insípido" citado por Lynn Taylor, experta nacional en el lugar de trabajo y autora de Tame Your Terrible Office Tyrant: Cómo manejar el comportamiento de los jefes de niños y prosperar en su trabajo, en una entrevista previa con Business Insider.
Otros ejemplos de frases que no debe usar en la conversación con su gerente incluyen "No puedo prometer esto, pero ..." y "Lo intentaré".
6. No confías en otras personas
Está claro: si ni tú mismo depositas confianza en los demás, es muy difícil que ellos lo hagan contigo. Debes tener empatía y comprender que cualquier interacción humana consiste en un intercambio, en el que cada una de las partes da algo de sí misma. Si quieres que confíen en ti, confía. El quid pro quo es algo imprescindible en tu carrera hacia el éxito empresarial. Evitarás la desconfianza y conseguirás que los demás se fíen de ti y de tu criterio.