Después de testear la viabilidad del teletrabajo en un proyecto piloto, la última fase de un proyecto de teletrabajo consiste en la implantación de esa política de flexibilidad, ya sea en toda la empresa o en alguna parte de la misma, en función de los resultados obtenidos en las fases previas y la evaluación de su sostenibilidad.
Partiendo de los resultados obtenidos en la medición realizada, puede verse que se ha logrado:
- Extrapolar los datos extraídos en la prueba piloto.
- Confirmar necesidades.
- Ayudar a definir objetivos.
- Contribuir a perfilar el plan de implementación.
La implantación del proyecto es ya una realidad, y el control que se ejerce sobre los distintos factores, garantía de éxito, sobre todo para quienes no creemos en la improvisación y buscamos avanzar con paso seguro hacia nuestros objetivos.
Beneficios del teletrabajo
Y, así, en este punto, la mejor manera de avanzar en el proyecto es reafirmando su idoneidad, al recordar las ventajas del teletrabajo en la empresa, que se reflejan en la misma organización a distintos niveles pero con resultados igualmente notorios:
- Supervisión: es posible supervisar el desempeño de un empleado cuando se trabaja por tareas/objetivos y no por horas.
- Productividad: un empleado satisfecho es siempre más productivo.
- Coste: la inversión inicial en tecnología se ve compensada a medio/largo plazo por los ahorros en costes fijos.
- Absentismo: se minimiza, a la vez que se consigue eliminar casi por completo el presentismo (uno de los problemas de nuestro tiempo, sobre todo en nuestro país).
- Cultura organizacional: la organización moderniza su gestión al pasar de un modelo clásico a un modelo flexible, más adaptado al mercado actual.
- Reclutamiento: se abren las puertas a contrataciones de candidatos idóneos que, de otra forma, no podrían formar parte del equipo por limitaciones geográficas, horarias, etc.
- Imagen: la imagen de la empresa se proyecta de una manera muy positiva en cuanto al valor que dan a las personas, su recurso más importante; los esfuerzos que hacen por conseguir una conciliación de la vida familiar y laboral efectiva y también por su preocupación por el medio ambiente, otra perspectiva donde gracias a la ausencia de desplazamientos también se pueden encontrar numerosas ventajas.
Pero estos beneficios no sólo pueden notarse a nivel organizacional, sino que repercuten también en cada individuo, porque esta mayor flexibilidad laboral se traduce en:
- Una mayor motivación.
- Un índice más elevado de satisfacción laboral.
- Niveles de eficiencia superiores en cuanto a rendimiento.
Requisitos para implantar el teletrabajo
Para poder implementar con éxito políticas de teletrabajo hace falta un esfuerzo introspectivo previo, que nos acerque más a conocer mejor dónde nos encontramos como empresa, cuáles son nuestros límites y qué objetivos nos planteamos al mirar hacia el futuro.
Hay que asumir también que implantar un nuevo modelo laboral en la empresa, como es el teletrabajo, es un proceso que no puede hacerse de un día para otro, siendo más recomendable su incorporación paulatina, dadas todas las implicaciones que supone.
Una vez llevada a cabo esta etapa previa, hace falta comenzar a poner en marcha el proyecto a través de la implementación de algunos procesos de los que no se puede prescindir, y de entre los que cabría destacar los siguientes:
- Adaptar el modelo de gestión: para ello el primer paso es la fijación de los objetivos previamente definidos.
- Confiar y verificar: potenciar la responsabilidad del trabajador, una decisión que incidirá directamente en su nivel de motivación y satisfacción, y por tanto en su productividad (es lo contrario al presentismo). Al mismo tiempo verificar que se avanza en la línea correcta mediante las herramientas adecuadas que aporten la visibilidad necesaria.
- Medir: para poder realizar los ajustes correspondientes en todos aquellos aspectos que estén perdiendo alineación o que presenten dificultades de consecución o comprensión de objetivos.
Y es precisamente este último requisito el que nos da la clave del éxito. Las mediciones nos han de acompañar siempre como garantía de control, ya que son la única forma de poder asegurar que el proyecto se dirige en la dirección que teníamos prevista. Medir es la manera de poder llevar a la práctica una autoevaluación permanente que nos pondrá en la pista de la mejora continua, para alcanzar la excelencia empresarial.