Los últimos meses se ha podido comprobar un aumento sin precedente aunque ?forzado? del teletrabajo en el mundo. En China, el gobierno insta a las personas a trabajar desde su casa para contener el brote del coronavirus. En Francia, durante las huelgas de final de año, muchos trabajadores también tuvieron que trabajar desde sus hogares ante la imposibilidad de desplazarse a la oficina. Pero salvo que haya un caso de fuerza mayor, sigue habiendo muchas reticencias por parte de las organizaciones y de algunos directivos para aplicar este tipo de política laboral. En España, el teletrabajo es menos desarrollado que en otros países vecinos de Europa a pesar de ser un factor determinante para muchos empleados a la hora de elegir un puesto de trabajo.
Asimismo, la nueva Ley de registro de jornada ha sido considera, por muchos, como un freno a políticas de flexibilidad laboral. En realidad se trata de hacer evolucionar las mentalidades y de aplicar el sentido común. Hoy en día la tecnología permite la conectividad de las personas cuando trabajan fuera de la oficina. Los escritorios virtuales les permiten acceder a las aplicaciones y documentos que necesitan para realizar sus tareas garantizando, a su vez, la seguridad de la información y de los datos. Los software de control horario, como Time@Work, o los software de teletrabajo como EffiWork permiten llevar el obligatorio registro de jornada tanto si los empleados están trabajando en la oficina como si no. La plataformas de vídeo conferencia permiten realizar reuniones virtuales incluso cuando las personas están teletrabajando y las herramientas de chat facilitan la comunicación y la consultas entre compañeros.
Además, en la inmensa mayoría de los casos, las empresas sólo otorgan a los empleados algunos días de teletrabajo a la semana. El resto de los días están presentes en el centro de trabajo por lo que no se trata de cambiar radicalmente las formas de trabajar sino de organizarse mejor. Algunos directivos pueden tener una percepción de falta de control pero es fácilmente salvable si, antes de iniciar un proyecto de teletrabajo, se realiza un buen análisis de los puestos de trabajo así como de las actividades que son teletrabajables. Una vez definidas, se pueden establecer procesos para gestionar la producitividad mediante herramientas que acreditan cuál ha sido la gestión del tiempo de la persona respecto a dichas actividades en esa jornada teletrabajada.
Para garantizar el éxito de un proyecto de teletrabajo hay que seguir unas pautas, romper algunas barreras y analizar los riesgos para remediarlos. Cuando se lleva a cabo de forma controlada, el teletrabajo aporta muchos beneficios a las organizaciones y a los empleados. Le invitamos a consultar nuestra Ebook gratuito ?La hoja de ruta para tu proyecto de teletrabajo?.