¿Qué son indicadores de productividad en una empresa?

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que son indicadores de productividad

Para evaluar correctamente el rendimiento y el nivel de eficiencia de los procesos de una empresa, los indicadores de productividad son fundamentales ya que permiten determinar las mejores estrategias optimizar los resultados, reducir gastos y alcanzar el éxito de la producción empresarial. Y tú, ¿tienes en cuenta los indicadores de productividad de tu empresa?

¿Qué son indicadores de productividad?

Los indicadores de productividad son absolutamente imprescindibles si queremos conocer el estado real en el que se encuentra nuestra empresa. Podemos tener una idea, o unas ciertas nociones, incluso información extensa, pero saberlo con exactitud es muy complicado si no se cuenta con las herramientas adecuadas, como EffiWork, el Software de Productividad de WorkMeter. Estos indicadores están conformados por aquellas variables que nos ayudan a identificar los defectos o imperfecciones que existen cuando elaboramos un producto u ofrecemos un servicio a nuestros potenciales clientes. De este modo, podremos ver reflejada la eficiencia de los recursos generales y humanos que hemos utilizado en algún proyecto concreto, o en toda la empresa. Estos indicadores pueden ser de dos tipos: cuantitativos y cualitativos.

Así, básicamente, en cuanto a la fórmula de cálculo, el índice productivo, o la productividad, es el cociente entre la producción y el consumo, es decir, entre el beneficio y el coste, todo en función del tipo de empresa de la que estemos hablando.

Por eso, para cada empresa existen unas variables comunes, y otras personales y subjetivas. Para empezar, la productividad se puede desglosar en varios índices. Por ejemplo, en cuanto a materiales, se puede ver cuanto material se compra, y cuando sale de venta, y con eso ver la merma o cuanto material se desperdicia, y estudiar como aprovecharlo. Esto sería la productividad de la materia prima utilizada.

Lo mismo se puede aplicar al tiempo utilizado, a la cantidad de personal, los salarios o coste de ese personal, etc., todo ello para posteriormente, crear un indicador de productividad global de la empresa. Pero este desglose nos permite detectar cuáles son los puntos más débiles de la empresa y así poder mejorarlos.

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Ejemplo sobre indicadores de productividad

A continuación, pongamos como ejemplo la comparativa de dos empresas. Imaginemos, que fabrican vehículos. Imaginemos que el precio de venta de un vehículo es el doble en una que en otra. Los indicadores de productividad que utilizarán ambas empresas son diferentes. Mientras la empresa con el producto caro se fijará más en la calidad, la empresa con el producto más económico, intentará producir más cantidad a menor coste. Todo dependerá del cliente final a quien va dirigido el producto. Al final, tiene que haber un beneficio, solo que para una empresa el gasto será invertido en más cantidad de personal para producir más rápido, y en la otra posiblemente en personal más cualificado, con un coste más elevado para la empresa, pero quedará absorbido por el incremento de calidad del producto y por lo tanto, des precio del mismo. En el caso de la empresa con el vehículo más caro, hay un indicador de productividad importantísimo, que es el valor de marca, es decir, el valor añadido del producto por llevar una marca detrás, algo que también produce para la empresa, ayuda a vender, y a generar más beneficio, es decir, a aumentar la productividad.

¿Cómo aumentamos nuestra productividad?

Lógicamente, entendiendo esto podemos ver que hay muchos modos de mejorar la productividad de una empresa. En estos días de declive económico, se está hablando mucho de ellos, y posiblemente el que más suena, y no siempre es el más acertado, es la bajada de salarios. Pero esto puede generar mal ambiente entre los trabajadores y bajar su rendimiento por hora, lo que a la larga acabaría volviendo a reducir la productividad.

Otro sistema es el de bajar los costes de la materia prima, comprar más barato, en resumen. Sin duda daría más margen para trabajar, siempre que no se acaben arruinando las empresas proveedoras por no poder soportar esa política de precios. Conseguir ajustarlos y comprar a un precio justo es lo adecuado.

Quizá uno de los mejores puntos para mejorar la productividad es la inversión. Acciones proactivas de la empresa para ser mejores por ellos mismos, como por ejemplo, la inversión en maquinaria, informática, etc., permite que podamos producir más rápido tanto el producto como el servicio. A priori es más caro, por la inversión, pero hay que estudiar bien el tiempo de amortización, y a largo plazo es muy beneficioso. Lo mismo pasa con la formación de los trabajadores. Unos trabajadores mejor cualificados, o trabajan con más calidad, o más rápido, o ambas cosas. Eso permite aumentar la producción, y tener que repetir menos tareas o piezas, por estar mal hechas o acabadas.

Conclusiones

Pese a que la productividad tiene una sencilla fórmula global de cociente entre dos factores, estos dos factores (beneficio y coste) se producen de un modo diferente en cada empresa, y es la empresa quien debe de conocerlos. La empresa debe saber cuales son sus mayores costes (materia prima, personal, coste del suelo, etc.), y cuales sus mayores beneficios (calidad, marca, precio), y con esto evaluar globalmente e independientemente cada indicador importante y susceptible de ser mejorado. Las políticas de recortes dan buen resultado a corto plazo pero nunca a largo plazo, a menos que se ejecuten para realizar luego una fuerte inversión en tecnología y desarrollo, para mejorar la producción. En definitiva, cada empresa ha de saber adaptar los indicadores de productividad a sus condiciones para obtener resultados reales.

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