Levantar un imperio alimentario desde la nada: Tomás Pascual
Grupo Pascual, una empresa de capital 100% familiar y español, consiguió revolucionar la oferta de productos lácteos apostando por I+D.
Este post trata el caso de Leche Pascual como un caso de éxito de roles directivos. Si te interesa este tema, te recomendamos nuestra guía gratuita Roles directivos: el secreto de los mejores:
El origen
Tomás Pascual comenzó su aventura en el mundo laboral cuando aún era un niño. Ayudaba a su padre, que tenía un pequeño kiosko, a vender bocadillos a los viajeros en la estación de tren de Aranda de Duero. De esta forma luchaba por esa economía familiar que nunca había permitido ningún desahogo, sino más bien todo lo contrario. De hecho, él mismo presume de que su primera cuna fue una cesta de higos, lo único que su padre pudo conseguir para cobijarle en sus primeras noches de vida, ya que no había dinero para más.
Este humilde origen contrasta con la proyección que Tomás Pascual alcanzó, destacando entre muchos roles directivos nacionales e internacionales y llegando a ser uno de los más importantes empresarios en la historia de España. De la venta ambulante de bocadillos, a la creación de un grupo alimentario capaz de facturar mil millones de euros al año y con dos mil quinientos trabajadores a cargo.
Tomás Pascual Sanz, ya joven, comenzó a buscarse la vida de forma independiente. Las incontables horas de trabajo dedicadas al reparto de mercancías en bicicleta le permitieron comprar una moto. Siguió desarrollando la misma actividad, cada vez de forma más eficiente y dando mejor servicio, hasta que pudo alquilar un camión, con el que continuar su labor.
Este año, el fundador y presidente del grupo Leche Pascual nos dejó a la edad de 79 años y al pie del cañón, de donde no se movió en ningún momento. Probablemente fueron sus orígenes los que condicionaron una de las historias más humanas del mundo de los negocios.
Primeros pasos
Fue en 1969 cuando Tomás Pascual pudo hacerse cargo de una cooperativa lechera en quiebra ubicada en Aranda. Años después, tomaría el nombre de: Industrias Lácteas Pascual y protagonizaría importantes innovaciones en el sector a nivel nacional como:
- La introducción del proceso de uperisación de la leche, ya en la década de los setenta.
- El lanzamiento de un nuevo formato para la leche: el envase tetra brick, en vez de la tradicional botella.
- Las nuevas variedades de leche, de tipo desnatada y semidesnatada, en los ochenta, acercándose al gusto y necesidades de los consumidores.
- Sus yogures, elaborados a partir de leche termizada y que le supusieron años de negociaciones para poder conseguir ser comercializados bajo dicha calificación.
Tras el significativo crecimiento en el sector de los lácteos, Tomás Pascual decidió que era un buen momento para la diversificación. Y así comenzaron a ofrecer otro tipo de productos como:
- Zumos, bajo la marca Zumosol.
- Agua mineral, con el nombre comercial Bezoya.
Ambos productos de alimentación populares y con los que llegó a ser líder del sector en España.
El secreto de su éxito
El éxito del grupo empresarial fundado por Tomás Pascual es innegable. Como muestra, Leche Pascual en cifras:
- Leche Pascual dispone de una estructura comercial propia que se construye en ocho plantas de producción, veintidós delegaciones comerciales, más de trescientos camiones de reparto y cerca de trescientos cincuenta distribuidores.
- La compañía está formada por aproximadamente cuatro mil quinientos empleados (desde el año dos mil, la empresa ha incrementado su plantilla en un 200%). Además, de forma indirecta, la empresa da trabajo a alrededor de siete mil personas como ganaderos, transportistas, colaboradores, etc..
- Cuenta con más de doscientos productos en el mercado y, en los últimos años, ha invertido más de quinientos millones de euros (procedentes de la autofinanciación) en bienes de producción.
- Además son conscientes de su responsabilidad social y por ello, sólo durante el pasado ejercicio destinaron cerca de dos millones de euros a diferentes proyectos relacionados con la ayuda humanitaria, la salud, el deporte, la cultura, la discapacidad y el emprendimiento empresarial.
Detrás de estas cifras se esconde la tenacidad de un gran trabajador que se ha mantenido siempre alerta, observando el entorno, detectando oportunidades y sin dejar de aprender, como corresponde a los mejores roles directivos. El secreto de su éxito ha sido trabajar mucho y con un objetivo, controlando el negocio desde cerca y apostando por su futuro.
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