La necesidad de saber gestionar el cambio
Tendemos a olvidarnos de que la gestión del cambio es positiva, es una novedad, un momento de transición hacia lo nuevo. ¿Por qué dejar que nos impongan las reglas del juego?
En nuestra vida tendemos a acostumbrarnos a la rutina, a quedarnos en una zona de confort donde, aunque no avancemos, al menos nos mantengamos en la misma situación y es que es mucho más latoso romper con nuestros automatismos y repensarlo todo.
Lo mismo ocurre al analizar los ciclos de vida de los mercados. Tendemos a pensar en ellos como transiciones lógicas en las que las empresas se mantienen en un estado rutinario hasta que un participante del sector rompe las reglas del juego y, paulatinamente, el conjunto de participantes se vuelven a acomodar al nuevo juego competitivo hasta que, otra vez, un nuevo desafiante reinicia el ciclo.
Todo cambio es una innovación que nos permite adaptarnos al entorno. Todo cambio nace de una necesidad no manifiesta por el consumo, del objetivo de aumentar el valor a los consumidores o por el mismo desarrollo tecnológico.
?Not pain, no change?
Desde hace unos años, los mercados se han caracterizado por una evolución constante que requiere que las empresas estén abiertas para lograr captar las exigencias de sus consumidores y garantizar su satisfacción. Solo las organizaciones que mantengan o mejoren la calidad de sus productos y servicios y se orienten hacia los mercados podrán sobrevivir en este entorno cada vez más competitivo. Para ello surge la necesidad de que tanto la dirección, la organización como el conjunto de trabajadores entiendan la necesidad de la gestión del cambio y dirijan sus esfuerzos hacia su consecución.
Aunque seamos conscientes de las transformaciones en los modelos productivos, en la tecnología e incluso en los modelos sociales, muchas empresas siguen manteniendo cargas estructurales, dogmas tradicionales y culturas que impiden la adaptación al cambio y la mejora de su eficiencia.
Por ello, aunque existan iniciativas y se organicen reuniones, buenas ideas, búsqueda de planes y estrategias alternativas? sólo el 30% de las propuestas de gestión del cambio llegan a materializarse. De ahí la importancia de saber cómo gestionar el proceso de cambio.
Las empresas exitosas son los que saben cómo anticiparse al cambio, marcando las nuevas reglas del juego en el sector y gestionándolo de forma eficiente, adaptando su cultura organizativa a las características del entorno. Por tanto, la gestión del cambio es el proceso de trasformación organizacional constituido a nivel estratégico, cultural y organizacional y dirigido a conducir a la empresa hacia un nuevo estadio competitivo. Muchas veces pedimos cambios sin explicar porqué son necesarios. La necesidad de la gestión del cambio no reside exclusivamente en la implementación de nuevos modelos de gestión, si no que consiste en saber aprovechar las transformaciones del contexto que permitan fortalecer las relaciones con los públicos. Las empresas deben ser flexibles, estar abiertas al cambio y sus directivos y trabajadores tienen que desarrollar la capacidad para anticiparse a los cambios para poder estar a la cabeza del progreso.
Como puedes ver el proceso de cambio se compone de tres niveles distintos. A nivel organizacional aparece la necesidad de implantar una estructura que se adapte al nuevo entorno y que integre todos los recursos disponibles. A nivel estratégico aparece la necesidad de replantear el negocio, rompiendo los ciclos tradicionales de los mercados a los que hacíamos referencia anteriormente. Y a nivel cultural urge la transformación de la cultura organizacional relacionada con los nuevos valores que impulsarán los cambios en la estrategia. Por todo ello, la gestión del cambio hace referencia a un cambio global, general a todos los procesos y ámbitos de la empresa.
No se trata solamente de adaptarse, hacer reingeniería, realinear responsabilidades o implicar a los trabajadores y directivos en el proceso. Si no que es necesario mantener las modificaciones acordadas en el tiempo mientras nos mantenemos abiertos y flexibles ante nuevos posibles cambios que sean necesarios y para ello tienes que conseguir que todos tus públicos, tanto internos como externos, comprendan por qué es necesario cambiar.