El pasado martes 2 de octubre se cumplieron 100 años de la entrada en vigor de la ley que fijaba la jornada laboral en 8 horas. España fue el primer país Europeo en implementarla. ¿Seguimos siendo pioneros en la materia?
En pleno embrollo acerca de la obligación, por parte de las empresas, de registrar la jornada laboral de sus empleados, acabamos de celebrar los 100 años de la ley que determinada que la jornada laboral no podía exceder 8 horas.
Durante este siglo, el mundo laboral ha evolucionado y cambiado radicalmente. No obstante, esta misma ley sigue vigente a día de hoy, y algunos se preguntan si no sería hora de cambiarla.
Mientras algunos abogan por compactar la semana laboral en cuatro días para tener un tercer día festivo,otros están a favor de replantear la flexibilidad horaria. Muchos argumentan que la jornada de 8 horas implica perdidas de productividad y fomenta el presencialismo. Lo cierto es que el mundo ha cambiado y hay que adaptarse a los cambios.
El debate, tal vez, no debería estar tan centrado en si la jornada debe ser de 8 horas sino más bien en cómo se tienen que realizar estas horas.
En la era industrial donde el trabajo de uno dependía del trabajo de otros, el sistema se basaba en un modelo de presencialismo casi indispensable.
Hoy en día en la era de los servicios y del cambio tecnológico no es necesario estar físicamente presente en la oficina para poder desempeñar nuestras tareas. Podemos seguir totalmente conectados con el resto del equipo estemos donde estemos. Y, salvo para puestos de trabajo concretos de cara al público, el horario de trabajo ya no tiene mucho sentido. Es más, la frontera entre nuestra vida laboral y nuestra vida personal es tan tenue que se ha necesario elaborar una normativa para garantizar el derecho a la desconexión digital.
Romper el molde
Es hora de evolucionar hacia modelos más flexibles de trabajo. Modelos como el teletrabajo o la flexibilidad horaria existen desde hace años pero siguen siendo minoría en las organizaciones.
- Primero por la desconfianza que tienen las organizaciones. El temor de los empresarios a que sus empleados no cumplan con sus obligaciones si no pueden verlos. El rechazo que tienen los empleados a estar sometidos a sistemas de supervisión.
- Segundo la cultura del presencialismo en detrimento de la productividad. Si no se mide de forma objetiva el desempeño de las personas sólo nos queda las horas de presencia para hacernos una idea (muchas veces equivocada) de cuanto trabaja una persona.
¿La ley de control horario ayuda o frena el cambio?
A primera vista, parece ser que podría ser un freno. ¿A estas alturas tengo que registrar las horas de entrada y salida de mis empleados?
Pero según como se mire y en función del sistema que se implemente, podría ayudar a cambiar las mentalidades. La normativa obliga a registrar las horas de entrada y salida, nada más, pero, recomienda contabilizar el tiempo de pausas para poder restarlo del tiempo de presencia.
Dicho de otro modo: hay que medir el tiempo de trabajo efectivo y contabilizar las horas extras.
Ahora es una obligación que no pueden eludir las organizaciones si no quieren arriesgarse a multas en caso de una inspección de trabajo. Entonces ¿Por qué no sacarle provecho? ¿Por qué no adquirir sistemas adecuados que nos permitan disponer de una información valiosa?
En lugar de optar por sistemas manuales de control horario que sólo hacen perder tiempo a sus empleados y, sobre todo, a sus departamentos de recursos humanos, tiene en sus manos la posibilidad de adquirir sistemas tecnológicos, fiables, objetivos e inalterables que le permiten supervisar el cumplimiento de la jornada laboral.
Podrá entender cómo se trabaja en su empresa a la vez que cumplirá con la nueva normativa. Una vez hecho, y en base a indicadores reales de redimiendo, podrá plantearse introducir modelos de la flexibilidad sin perjuicio de la productividad.
Time@Work es un software de control horario que te permite llevar el registro de la jornada a la vez que te proporciona otros indicadores de desempeño útiles para tu organización.
No lo dudes más, pruébalo y empieza a cumplir la ley de control horario.