Si empiezas a medir los resultados de tus acciones, podrás plantear objetivos empresariales, ya que dejarán de convertirse en algo utópico y casi irreal, para pasar a ser una faceta más del trabajo.
Objetivos y métricas se conjugan mientras que la responsabilidad de cada uno a la hora de ejecutarlos es solamente una manera más de entender la corresponsabilidad, que es en realidad el reto, alcanzable, de todo empleado 3.0.
- Objetivos: marcan el camino a seguir y nos dicen hacia dónde dirigirnos.
- Métricas: porque sólo midiendo es posible saber dónde estamos. Las métricas nos permiten marcar una dirección y una gestión por objetivos, apelando a la corresponsabilidad de las personas.
- Responsabilidad: la corresponsabilidad lleva a las personas a los objetivos. Ser responsable supone que no importa el lugar desde donde se trabaje, ni el tiempo que sea necesario invertir para finalizar una tarea, ya que independientemente de ambos aspectos, siempre se intentarán alcanzar los objetivos prefijados.
La corresponsabilidad es el engranaje de la flexibilidad laboral y la característica que mejor define la actitud ante el trabajo de un empleado 3.0.