En pocos meses, España iniciará un experimento laboral para probar la viabilidad de la jornada laboral de 4 días y 32 horas. Una prueba impulsada por el Gobierno que implicará a unas 160 empresas y unos 3.000 trabajadores. Pero no es ninguna novedad. En países como Islandia, Australia, EEUU o Bélgica, numerosas empresas han implantado ya estos nuevos modelos laborales que conllevan la reducción de los días y de las horas laborales por semana.
Se trata de un modelo defendido por algunos expertos para cierto tipo de actividades como parte de la solución para crear más puestos de trabajo, para mejorar la conciliación familiar y como freno al creciente problema del estrés laboral que perjudica la salud de los empleados, su rendimiento y la productividad de las organizaciones.
Sin embargo, hay otra propuesta que se abre paso en empresas que buscan alternativas más creativas y adaptadas a las necesidades actuales de la sociedad, por ejemplo, la semana laboral de 7 días, en la que el profesional puede elegir qué días trabajar.
Pero ¿Cómo funcionan estas novedosas y vanguardistas modalidades de trabajo? ¿Cómo implementarlas dentro del modelo empresarial actual? ¿Es mejor la jornada laboral de 4 días o la semana laboral de 7 días? ¿Cuál de las dos es más conveniente para la productividad laboral? Para responder a todas las preguntas emergentes, comencemos a definir los dos modelos laborales mencionados.
¿En qué consiste la jornada laboral 4 días?
La metodología de la jornada laboral de 4 días consiste esencialmente en pasar de 40 horas de trabajo semanal a 36 horas. Proponiendo así un desarrollo laboral de cuatro días a la semana, de lunes a jueves incluyendo los días de teletrabajo que la empresa considere. y brindando un descanso de tres días.
En teoría esta reducción horaria, no debería reducir o alterar en detrimento los beneficios salariales de los profesionales de la empresa. No obstante, se han identificado casos en los que la reducción de jornada afecta, mínimamente, la percepción salarial.
En España, Telefónica fue la primera empresa en dar el paso hacia la implantación de la semana laboral de 4 días, enseguida lo hizo también la empresa de moda y textil Desigual con un 86% de apoyo por parte de sus trabajadores.
Esto ha motivado un proyecto piloto de ayudas en el país, destinado a empresas que buscan implementar este modelo de jornada laboral de 4 días. El proyecto piloto está impulsado por Más País en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2022 y podría beneficiar a unas 160 empresas con más de 3.000 trabajadores.
La semana laboral de 7 días, un modelo innovador y flexible
La semana laboral de 7 días apuesta por realizar las 40 horas a lo largo de los días que cada empleado quiera, 3 días, 4, 5 o 6,5 días.
Para que esta opción sea realista y facilite el trabajo en equipo, las organizaciones tienen que fijar algunas franjas de disponibilidad durante las cuales, los miembros del equipo coinciden de forma telemática o presencial. El resto del tiempo es flexible y depende totalmente del empleado, quien es el responsable de autogestionar su tiempo de trabajo.
En actividades y sectores que lo permiten, como en el tecnológico y de servicios, este modelo laboral se expande como una tercera vía para conciliar la profesión y la vida personal de una manera flexible y particular, siempre que se cuente con programas digitales para la gestión del tiempo y la gestión de los proyectos provistos de métricas del desempeño, esto le permitirá al empleado saber cómo gestiona su tiempo y tener una visión constante sobre sus avances.
En Reino Unido, varias empresas trabajan ya con este modelo y la aceptación en empleados así como en altos mandos, es mayoritaria. La explicación está en los beneficios que ofrece este modelo en temas de flexibilidad.
De hecho, nuestro CEO Joan Pons, considera que “el modelo ideal que irá imponiéndose en los próximos años es el de 7 días, porque están aumentando rápidamente los trabajos que pueden realizarse en remoto gracias a la ayuda de herramientas informáticas. Estos instrumentos, además, mejoran la productividad y el bienestar del empleado porque optimizan los procesos y simplifican la gestión de tareas y personas, ofreciendo la flexibilidad horaria como uno de sus beneficios diferenciales”.
Semana laboral de 7 días frente a la jornada laboral 4 días
Buscando comparar los dos modelos de trabajo; la jornada laboral de 4 días y aquella de 7 días de trabajo, a continuación exponemos una serie de aspectos a tener en cuenta para la consideración de una posible implementación en tu empresa.
Flexibilidad horaria y autogestión del tiempo
La semana laboral de siete, a diferencia de la jornada laboral de 4 días, mantiene las horas de trabajo totales intactas. De este modo, las 40 horas semanales se pueden repartir según necesidades o preferencias personales a lo largo de toda la semana.
Percepción salarial y equilibrio económico
Con la semana laboral de 7 días, el salario del empleado no se ve reducido, como ha sucedido en el modelo la jornada laboral de 4 días laborales, donde la mayoría de propuestas en las empresas que lo están introduciendo abogan por rebajar proporcionalmente el sueldo a quien se acoja a esta modalidad. Esta reducción provoca el rechazo de muchos profesionales.
La empresa tampoco se ve afectada económicamente por esa reducción de horas de trabajo que, si quiere desarrollar, deberá encargarlas a otro trabajador aumentando así sus costes de producción.
Financiación o ayudas de organismos oficiales
La semana laboral de siete días, no necesita financiación ni ayuda económica de organismos oficiales, como sucederá con el proyecto piloto de la jornada laboral de 4 días laborables, ya que se conserva la misma cantidad de horas de trabajo.
Teletrabajo y conciliación
Tanto el modelo de trabajo basado en la jornada laboral de 4 días a la semana, como aquel de 7 días laborables, ofrecen una propuesta racional acorde a los tiempos y necesidades actuales tanto de las empresas como de los trabajadores, cuya actividad está cada vez más deslocalizada y requiere más flexibilidad.
La flexibilidad, de hecho, es uno de los valores al alza hoy día tanto en la oferta como en la demanda de empleo y para la retención de talento. No obstante, la gestión de la flexibilidad requiere de herramientas de medición y registro horario eficaces.
La productividad laboral
Al implementar cualquiera de los dos modelos; la jornada laboral de 4 días o aquella de 7, la productividad no sólo se mantiene, sino que, incluso, aumenta por el mejor desempeño de los trabajadores.
El hecho de ser el propio trabajador el que distribuye y administra su propia actividad y tiempos para desarrollarla, favorece su bienestar y compromiso con la organización porque fortalece la relación de confianza entre ambas partes.
El estrés laboral y la desconexión
Las dos propuestas son modalidades que generan menos estrés que el tradicional, ya que, al adaptarse a las necesidades de cada individuo, permite desarrollar la actividad de manera autónoma centrándose en los objetivos y no en los horarios ni en la presencialidad.
Además, el hecho de poder disponer de herramientas informáticas para la gestión integral de su actividad y jornada, aporta tranquilidad al profesional al ser consciente en todo momento del progreso de sus proyectos y de las tareas pendientes y de tener todo bajo control. También, dependiendo del sistema, promueve la salud y desconexión digital, necesaria para la conciliación y motivación del profesional.
Ahora que has podido comparar el modelo de la jornada laboral de 4 días, con el nuevo modelo de la semana laboral de 7 días ¿Cuál beneficiaría más a tus empleados y por consecuencia a tu empresa? Analiza todos los factores y toma la mejor decisión.