Internet y las redes sociales como ladrones de tiempo en el trabajo
Una encuesta realizada por Salary.com nos muestra datos sobre cómo se pierde el tiempo en el trabajo. Blogs y redes sociales encabezan los primeros puestos de la lista.
Internet forma parte de nuestra vida, también de la realidad laboral. Innegablemente, puede considerarse como un gran aliado en nuestro trabajo; sin embargo, es al mismo tiempo un peligro constante y una de las distracciones más importantes, uno de los temidos ladrones de tiempo.
Uno de los estudios que cada año realiza Salary.com revela algunos datos sobre cómo se pierde el tiempo en el trabajo. De él se extrae una información, cuando menos interesante, a la hora de comprender en qué invierten el tiempo muchos trabajadores en vez de dedicarse a las tareas que realmente les corresponden:
- Blogs personales y diarios online: 37%
- Redes sociales: 14%
- Compras online: 12%
- Entretenimiento / estilo de vida: 8%
- Deportes: 3%
- Viajes: 2%
- Otros: 24%
Además, cita que entre los sitios web preferidos por estos empleados poco productivos están:
- Facebook: 16%
- Yahoo: 14%
- Linkedin: 10%
- Google+: 8%
- Amazon: 6%
- ESPN: 2%
- YouTube: 2%
- Twitter: 2%
- CraigsList: 2%
- Pinterest: 1%
Por ello, medir y conocer el tiempo que pasamos online resulta fundamental tomar conciencia de cómo trabajamos e intentar mejorar nuestros hábitos en busca de la mejora continua.
WorkMeter realiza esta tarea de forma automática, objetiva y transparente. Gracias al panel «Uso de aplicaciones» puede saberse durante cuánto tiempo usa un empleado cada aplicación, y qué aplicaciones emplea durante su tiempo de actividad.
De esta forma se puede conocer cuánto tiempo pasa en Internet, las páginas que ha visitado y por tanto el grado de relación de los sitios que visita con el trabajo que desempeña. Sólo teniendo acceso a esta información es posible entender la distribución del tiempo que hace cada persona. Con estos datos en la mano se pueden detectar a tiempo los primeros signos de desviación de los objetivos, pudiendo ponerles remedio de forma temprana, con mayores garantías de evitar situaciones no deseadas.
Llegados a este punto, también es muy interesante definir buenas prácticas de trabajo dependiendo de cada puesto, de esta forma cada empleado puede conocer exactamente la manera de mejorar su gestión del tiempo.
Conociendo y midiendo la actividad y la productividad de las personas es posible identificar cuándo el entorno laboral no es productivo para la empresa o cuándo se empieza a alejar de los objetivos fijados. Y, también detectar qué empleados o qué equipos están empleando su tiempo en actividades no productivas para la empresa.
Los mapas de productividad de WorkMeter y su aplicación práctica
Uno de los beneficios de la herramienta WorkMeter es que, al ser altamente personalizable, nos permite definir diferentes mapas de productividad en función del perfil de cada trabajador o del departamento al que pertenezca. Así por ejemplo aplicaciones como Facebook o Twitter pueden ser productivas para el departamento de marketing pero no para el de administración.
A la hora de confeccionar el mapa de productividad de la organización sólo es necesario:
- Basarse en las aplicaciones o recursos que la empresa considera productivos para el desarrollo de las tareas del puesto de trabajo.
- Definir, para cada grupo de empleados o departamentos, qué aplicaciones se consideran productivas y cuáles no.
- Establecer qué páginas web sirven para el trabajo y cuáles no, o lo que es lo mismo, definir dos grupos: uno que englobe las webs que son productivas según la empresa y otro donde se encuadren las que no lo son.
Una de las ventajas de poder trabajar con este nivel de detalle y personalización que WorkMeter permite es el determinar un tiempo personal para que cada trabajador consulte las páginas que desee sin temer a una amonestación y sin que el administrador pueda saber en ningún momento cuáles son ni acceder de ninguna forma su contenido.
Del mismo modo que la productividad es importante para la empresa, la privacidad lo es para el trabajador; pero, curiosamente, una redunda en la otra, ya que la privacidad, que siempre debe ser entendida como una prioridad y un derecho; incide directamente en la satisfacción laboral y la motivación de cada individuo. Cuando estos factores son positivos, también lo son las cifras de la productividad. Al fin y al cabo, la calidad es más importante que la cantidad y al final de la jornada no cuenta tanto el número de horas empleadas como el que la tarea haya salido adelante y se cumplan objetivos.