Indicadores de un cuadro de mando integral
Ya explicamos tiempo atrás que es un cuadro de mando integral (CMI), y las cuatro visiones o perspectivas que miden el desempeño del negocio de una empresa. Ahora vamos a conocer algunos indicadores que nos permiten estudiar cada uno de estos enfoques, partiendo de la base de que un indicador es algo que se puede medir, y se refieren a procesos importantes o críticos, y que para cada empresa se pueden encontrar indicadores diferentes, según el producto o servicio que ofrezcan, y siempre con la intención de alcanzar nuevos objetivos viables.
Desde la visión del cliente
Este es quizá uno de los apartados más olvidados de muchas empresas en cuanto a estudios de cuadro de mando integral. Las empresas se centran en sus procesos, en sus finanzas, pero no generan esa empatía con los clientes para ponerse en su lugar y ver la empresa desde fuera. Y es primordial conocerlo, porque el producto puede ser bueno, atractivo y económico, pero quizá la imagen que da al cliente, no es la adecuada.
Algunos indicadores que se pueden tener en cuenta son, por ejemplo, las ventas, según zona de venta. Quizá el producto se vende solo en una zona del país, y hay que averiguar si es por demanda de esa parte de la población, o por el poder adquisitivo de esa zona. Sería un indicador de venta por territorio.
Hacer encuestas sobre consumidores habituales, y no consumidores, antes de salir al mercado y después de su salida, ayudará también a ver el impacto del producto antes y después de la campaña de salida, o de una campaña publicitaria. Esto nos ayudará a ver la eficiencia de nuestro departamento de marketing y publicidad, y de la calidad de nuestros productos y servicios.
Desde la visión financiera
Ya hemos hablado del business intelligence, y este es uno de nuestros mayores aliados en la aplicación del cuadro de mando integral. Quizá los indicadores de esta visión son los más claros, dado que todo el departamento de finanzas se basa en cifras. Ganancias versus gastos, beneficios, etc.
Los indicadores de este enfoque van muy enfocados a cuanto gastamos para vender nuestro producto o servicio, pero hay que saber desgranar este concepto tan global en otros más simples, en función de como trabaje nuestra empresa.
Así, hay indicadores que pueden basarse en las ventas, en función de la época del año, y si son necesarios los gastos en las épocas de menos ventas, como reducirlos. También el incremento de gastos es un indicador progresivo que hay que ir siguiendo para que no se incremente exponencialmente sin justificación, etc.
Conocer las ventas y compras en un periodo de tiempo, también es un buen indicador, que nos puede ayudar a hacer previsiones de comprar a medio plazo, comprar más volumen y así poder reducir el precio de compra. Como ya comentamos, depende de la empresa.
Desde la visión interna
La visión interna del cuadro de mando integral está muy ligada con la visión financiera, pero ésta mide algunos aspectos que escapan al ámbito financiero, ya que este no puede acotarlos en números directamente y precisan de otro tipo de indicador.
Estos indicadores se basan más en el funcionamiento interno de la empresa, y está de algún modo más ligado con los recursos humanos de la empresa. Sus indicadores son más de estructuración y de manera de trabajar, tanto individualmente como en equipo. Los procesos de fabricación, de venta, comunicación interna, etc.
Un indicador por ejemplo, podría ser el tiempo que se tarda desde que llega un pedido hasta que sale del almacén, o por cuantas personas intermedias pasa ese pedido (lo que podría ayudar a simplificar procesos).
En general, estos indicadores nos ayudan a ver como funciona la empresa, que estructura tiene, y que procesos se siguen para vender el producto o servicio que ofrece.
Desde la visión de desarrollo
Éste es el cuarto enfoque, otro de los que se dejan un poco de lado, sobretodo de donde más se recorta cuando hay una crisis, pero donde es más peligroso recortar si no se han analizado bien los indicadores relativos a este apartado.
Una empresa tiene que conocer cuánto produce con cierta máquina en un tiempo concreto, o cómo de rápido se gestiona un nuevo producto con la tecnología actual que tiene. Ahí tenemos ya algunos indicadores que podemos estudiar. A partir de ahí siempre hay que estar en mejora constante, buscando alternativas más económicas o más rápidas, nuevas tecnologías que simplifiquen los procesos, o que generen menos piezas defectuosas, par que podamos ser más competitivos y eficientes.
La inversión en tecnología y formación, es una de los más importantes movimientos proactivos para mejorar la productividad de una empresa a medio y largo plazo. Y seguir siendo competitivos en el futuro.