Actitud, competencias y mentalidad son los tres atributos básicos que debería tener todo empleado de tu organización. Sólo así sabrás que llevas la gestión del talento en la dirección adecuada.
Si no queremos fallar, existen tres atributos que son muy importantes para una organización a la hora de contratar a una persona con talento: la actitud, la competencia y la mentalidad.
Atributos claves de una buena gestión del talento
- Actitud. Un empleado que demuestra una gran pasión hacia la organización estará muy entusiasmado con formar parte de ella.
- Competencia. Un trabajador tiene las habilidades necesarias para hacer correctamente su trabajo o puede tener la capacidad de aprender aquellas habilidades que necesita.
- Mentalidad. Un empleado entiende el valor que su trabajo aporta a la compañía y llega cada mañana a la oficina con la idea de encontrar formas de mejorar el rendimiento de la empresa y aumentar el impacto que él puede tener.
Diferentes combinaciones de atributos:
1. Buena actitud y fuerte nivel de competencia, pero mentalidad equivocada. El candidato se centrará en sus propias metas y no estará dispuesto a colaborar para mejorar el rendimiento de la empresa a no ser que le beneficia personalmente.
2. Competencia y mentalidad correctas, pero actitud equivocada. El talento se irá porque no muestra lealtad a la organización ni implicación alguna.
3. Actitud y mentalidad correctas, pero un nivel de competencia insuficiente. La compañía pérdidas de productividad porque los conocimientos no son suficientes para el puesto del trabajo. A pesar de que el empleado podría ser una gran persona y muestra una gran energía y pasión por la organización, no aporta demasiado ya que no tiene y no puede aprender las habilidades requeridas.
4. La combinación correcta de actitud, competencia y mentalidad. Con esta mezcla, logrará la maximización del beneficio. Esto sucede porque cada empleado que contrata aporta valor a la organización de manera consistente y duradera.
Es posible que estés echando en falta la experiencia del empleado, pero es por una buena razón. Cuando te encuentras con un gran talento que es un apasionado de su trabajo y transmite esa pasión internamente en la empresa, la experiencia no importa. Estar veinticinco años en la misma industria o con la misma empresa, no es necesariamente un gran atributo.
La combinación de estos tres atributos aportaría gran valor para la compañía incluso si no tienes un papel específico en mente para esta persona. Si localizas a un activo que comprende los tres atributos, no lo pienses demasiado: contrátalo. Encuentra un papel para él dentro de la compañía. Incluso puedes crear un nuevo rol si es necesario ya que contribuirá enormemente a incrementar el valor y rendimiento de la empresa.
Sin embargo, si cualquiera de los tres atributos falta, desgraciadamente los empleados no duraran mucho en la organización. Si queremos contar con los mejores activos, es fundamental integrar la búsqueda de estos tres atributos en tu proceso de selección, intentar atraer a grandes talentos y tomar las mejores decisiones de contratación.
Por último, si quieres saber si tus esfuerzos de contratación están dando los resultados adecuados, hazte esta pregunta: ¿Somos la empresa en la cual la gente hace cola en la calle para trabajar con nosotros?