¿Es posible salir antes del trabajo? Los políticos deciden.
¿Qué te parecería salir todos los días de la oficina antes de las 17:00? Parece una utopía pero no lo es tanto si miramos a otros países europeos.
La tradición en España dice que no puedes dedicar menos de dos horas al tiempo de la comida. Normalmente se inicia pasadas las dos del mediodía y entre la elección del vino, primer plato, segundo plato, postre y café, la cosa se puede alargar perfectamente hasta casi las cinco de la tarde. Luego toca volver, y entre que te pones y unas cosas y otras, si es invierno ya está oscureciendo. Finalmente, y tras dos o tres horas más de trabajo, con suerte a las 19:30-20:00 podemos apagar el ordenador e intentar llegar a casa antes de las nueve de la noche.
Este es el día a día en muchas de las organizaciones en España. Toda una rareza cuando sales del país y lo comentas con nuestros vecinos del norte de Europa, donde la normalidad es hacer un horario no partido de 8:00 a 16:00, pudiéndose alargar como tarde hasta las 17:00. Obviamente no en todos nuestros trabajos, ya que con suerte la mentalidad de los empresarios y trabajadores está empezando a cambiar. Las eternas y poco flexibles jornadas laborales que tenemos en España conviven en un mundo donde cada vez, la tecnología permite poder realizar gran parte de los trabajos desde casa y que la vida familiar y laboral convivan en total armonía.
¿Por qué si todos estamos de acuerdo, las cosas no cambian?
Los líderes políticos y empresariales deben dar un paso adelante y atreverse no solo a proponer sino a aprobar medidas que vayan a favor de un cambio de mentalidad horaria en el trabajo y a favorecer una conciliación laboral que parece que nunca llega. Falta priorizar esta idea con el empuje necesario por parte de nuestros Gobiernos; una idea que repercute directamente en una productividad al alza y una mejor vida laboral de los ciudadanos.
El horario partido se remonta al pasado, cuando España accedió a igualar su hora con la de la Alemania nazi durante la segunda guerra mundial al igual que otros países. El problema es que al acabar el conflicto España no volvió a su horario original. El resultado es conocido por todos y todavía lo llevamos arrastrando.
A toda esta problemática horaria se le añade también una cultura del trabajo poco productiva, según se desprende de los datos de la OCDE, que indican que en España trabajamos más horas que en el norte de Europa pero con una productividad mucho más baja.
Los horarios en el Congreso
Finalmente, en 2012 y gracias a la presión social se consiguió que toda la problemática de los horarios llegara al Congreso de los Diputados gracias a la ARHOE (Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles), de la que WorkMeter es miembro.
En 2013, vio la luz un texto que logró un consenso casi total y en el que se pedía, entre otras cosas:
- Incentivar a las empresas para que mejoren su horario y fomenten el trabajo por resultados frente al presencialismo
- Adelantar el prime time televisivo
- Sincronizar el reloj con el meridiano de Greenwich
- Lograr de forma progresiva una salida máxima del trabajo a las 18 horas
De momento, el documento sigue sin aparecer en el Congreso tras más de un año de conversaciones y propuestas como confirma Carmen Quintanilla, presidenta de la subcomisión, del Partido Popular: ?Cualquier cambio horario tiene que hacerse a través de un estudio económico para ver si compensa. Ese estudio todavía no se ha encargado. Al presidente Rajoy le preocupa mucho este tema, pero con la crisis ha habido que tomar otras medidas urgentes. Ha sido una legislatura muy dura y no queríamos abrir más debates. Esperamos poder hacerlo en la próxima?.
Y realmente que lo esperamos.