Es una realidad y por desgracia cada vez más frecuente: las malas decisiones cuestan millones de euros a las empresas. En muchos casos, las malas decisiones se tomar como resultado de una inadecuada velocidad de decisión. Y con inadecuada nos referimos a rápida, ya que muchas veces las decisiones se tienen que tomar en tiempo real y sin tiempo de analizar causas y consecuencias. Las decisiones rápidas probablemente han dado lugar a muchas decisiones cuestionables y con carácter negativo para la organización.
Es cierto que muchas veces sí tenemos que tomar decisiones de forma apresurada por circunstancias que son emergentes necesitando una respuesta inmediata pero en la mayoría de los casos, jefes, líderes y responsables de departamento tienen el tiempo suficiente para digerir el problema. Sin embargo, en muchos casos se reacciona de manera tan inmediata que en lugar de resolver el problema se crean mayores conflictos.
Tomar decisiones sin datos e información
El otro problema es que se suelen tomar decisiones importantes sin contar con los datos necesareos ni con la suficiente información al respecto para tomar el mejor camino. ¿Por qué un líder acaba tomando una decisión basada en datos inadecuados? ¿Qué condiciones pueden darse en una organización que tomar una decisión empresarial con poca o nula información?
- Exceso de trabajo. No querer añadir otro tema a nuestra lista de tareas hace que la persona a veces se precipite al tomar una decisión. No se hacen análisis, no se recopilan datos y no se tiene tiempo para reflexionar sobre el problema.
- Miedo por querer ser un buen líder. Queriendo parecer creíble y resolutivo, la persona se apresura a tomar una decisión que tiene un alto porcentaje de fracaso.
- Confiar en exceso en decisiones pasadas. Para acortar los tiempos muchas veces se recurren a soluciones pasadas. En realidad, aportar esta postura es muy peligroso ya que en la mayoría de los casos el problema no es el mismo ni se le parece.
- Colaboración vs datos. Pedir ayuda y colaboración al resto de personas siempre está bien visto pero muchas veces, primero debemos tener datos objetivos para tomar las decisiones en lugar de pedir ayuda y colaboración al equipo. Debemos imponer los datos a la colaboración.
- Mensaje agresivo. En algún momento, cualquier persona con un cargo alto se muestra hostil, agresivo e incluso falta el respeto a las personas. Para combatir este carácter, el responsable con ganas de agradar al equipo intenta reducir el tiempo de decisión y en ocasiones veces se apresura en exceso.
Fortaleciendo una buena toma de decisiones
Por supuesto, todos los managers y jefes quieren evitar problemas en su organización. Pero los problemas se producen, las decisiones son necesarias, y los planes de actuación deben ser determinados. ¿Cómo podemos facilitar el tomar siempre buenas decisiones? ¿Qué puede hacer un buen líder para fortalecer la buena toma de decisiones? Veamos diferentes aspectos:
1. Asegúrate de tener una definición operativa, clara y específica del problema que se percibe y al que se le tiene que dar una solución. Sólo podemos resolver el conflicto si lo entendemos a la perfección. De otra forma, orbitaremos alrededor de él y no siempre elegiremos la mejor decisión.
2. No tomar decisiones en caliente. Deja al menos un día después de la reunión de resolución para reflexionar, analizar en detalle la información, hablar con otras personas y analizar las mejores opciones.
3. Recopila toda la información puedas en torno al problema. Tómate el tiempo necesario para reflexionar sobre la acción-reacción que puede suponer la decisión que tomes.
Por último, la más importante. Tomar decisiones sin datos es como pilotar un avión con los ojos vendados.