El ABC de nuestra productividad

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El ABC de nuestra productividad

Hoy en día existe mucha gente interesada en la productividad, sobre todo en la productividad personal, esa que uno puede mejorar directamente y no depende de factores externos.

la productividad de las personas

La productividad se define por la cantidad de trabajo realizado en función del coste (tiempo en la mayoría de casos) empleado para ello. Lo que en el caso de un albañil podría ser los ladrillos puestos al día, para un comercial las ventas mensuales, o para un camionero, los kilómetros recorridos en un día. Trasladado a una oficina, sería el tiempo real que dedicamos a tareas productivas, que hacen servicio a la empresa.



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Pero la realidad no es tan sencilla, y la productividad personal depende de más factores, hablando genéricamente, y podríamos resumirlos en tres: Aptitudes, conocimientos y actitud.

Si empezamos por las aptitudes, todos hemos nacido con algunas innatas, y otras las hemos desarrollado, entrenándolas. Todos sabemos que unas personas son más fuertes, otras más ágiles, otras más creativas, otras más rápidas, y hablamos tanto física como intelectualmente. Estas son las aptitudes que uno tiene y que algunas personas llaman ?talento?. Por norma, un contable suele tener mejor aptitud para el calculo mental, y un diseñador, más creatividad. Sin duda, estos factores, se pueden entrenar y mejorar con la práctica, y es una de las primeras cosas que hay que entrenar para mejorar.

El segundo punto son los conocimientos, que van algo ligados a las aptitudes. Hay gente que se cree incapaz de dibujar, porque dicen que no tienen ese ?talento?. Para dibujar, a parte del talento, hay unas técnicas que funcionan y se pueden aprender, aunque no voy a discutir que quien además tiene aptitudes, realizará un mejor trabajo. Y todo lo que aprendemos, se mejora año a año. Esto implica la necesidad de reciclarse, de aprender cada año ese nuevo programa, esas nuevas técnicas, que harán que nuestro trabajo sea realizado más rápido y mejor, de un modo más efectivo.

El último punto, y tan importante como los anteriores, aunque la gente lo obvia, es la actitud. La actitud está menospreciada por gran parte de la sociedad, y es algo que no vemos en los currículums porque es difícil plasmarla en un papel. La actitud son las ganas o la predisposición que tenemos para hacer nuestras tareas o trabajo. ¿Habéis comprobado la diferencia de calidad en un trabajo hecho con ilusión y otro con desgana? La diferencia, por norma, salta a la vista. Y es que la ilusión y el optimismo son primordiales cuando trabajamos, si queremos ser más productivos.



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¿Cómo mejorar estos tres puntos para ser más productivo?

Es interesante conocer nuestros puntos débiles y fuertes para poder mejorarlos, incluso detectar qué puntos debemos entrenar para ser mejores en nuestras tareas. Hay muchos y variados ejercicios pero primero hay que saber qué queremos mejorar para poder actuar.

Sobre la formación, quizá es lo más sencillo y lo que mucha gente va haciendo, por cuenta propia o gracias a la empresa. Sacarle todo el jugo a tu suite ofimática es imprescindible. Mejorar tus idiomas para evitar malas traducciones o tener que usar demasiado el diccionario. Incluso cursos del sistema operativo que se utiliza en la empresa, que es algo que se obvia, pero esos pequeños trucos nos pueden dar más velocidad cuando trabajamos con ordenador. En una simple frase, estar al día.

Lo que es más difícil de cambiar es sin duda la actitud. El mayor problema es que esa actitud es invisible en muchos casos para nosotros mismos. No nos damos cuenta de nuestro optimismo o negativismo hasta que alguien nos lo hace visible. En cuanto se es consciente, se puede cambiar esa actitud, trabajar con ganas, buscar la realización personal, independientemente de lo que esté lloviendo ahí fuera.

Un poco de voluntad

En resumidas cuentas, la productividad personal consiste en esa mejora constante de uno mismo, en sus tres puntos principales (aptitudes, formación y actitud), para obtener un mayor rendimiento aplicado tanto al trabajo como a cualquier actividad de nuestra vida.

Si bien es cierto, que hay factores externos que pueden hacer mimbar nuestra productividad personal, como un ordenador anticuado, mal ambiente en la empresa, saturación de tareas, desorganización, etc., al menos tendremos la satisfacción de que con los medios de los que disponemos, el entorno de trabajo en el que estamos, y en las condiciones que trabajamos, hemos hecho todo lo que estaba en nuestra mano para ser altamente productivos.



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