La clave de cualquier organización exitosa es marcar desde el inicio un destino a alcanzar, y una forma definida de lograrlo en un tiempo establecido. En otras palabras, una empresa exitosa tiene un plan de objetivos empresariales dónde cada departamento y trabajador sabe cuáles son sus funciones y cómo debe desempeñarlas.
En un post anterior hablamos de cómo definir objetivos generales que acompañen la visión y misión de la empresa, porque la definición de metas, tanto generales como específicas es la única manera de materializar nuestra proyección de futuro en un plan estratégico asumible, realista y efectivo.
Objetivos empresariales y la dirección por objetivos
El desempeño laboral profesional de una organización se puede identificar a través de datos objetivos y resultados medibles que se obtienen de herramientas de gestión y software de productividad. Sin embargo, es necesario establecer objetivos empresariales que guíen correctamente todas las actividades profesionales que alimentan la productividad hacía una dirección que conduzca al éxito empresarial. Una organización que cuenta entre sus filas con empleados totalmente alineados con la dirección, es una organización en la que las personas y los departamentos tienen objetivos ?alineados?. Todos reman en una misma dirección, con unos objetivos empresariales claros y definidos. Tras la misión y la visión de la compañía, aparecen los objetivos estratégicos. Después, los objetivos individuales cuantificables del propio empleado. Estos son los que te van a permitir llegar al destino correcto. Además, son una prueba de que la mejora continua está instaurada en la compañía. Estos objetivos son cuantificables y medibles. De lo contrario no tendría sentido.
Las personas necesitan saber, no sólo cuáles son sus objetivos, sino también cómo la consecución de estos contribuyen al cumplimiento del objetivo departamental y a su vez al corporativo. Ahora, los empleados entienden como contribuyen sus esfuerzos y objetivos al proyecto global y se sienten más motivados con sus logros.
Hoy queremos profundizar en el tema y acercarlo al mundo de las PYMES proponiéndoles un resumen del enfoque estratégico que desarrollan en su libro ?PME et Stratégie? (PYMES y estrategia) Christian Paquay y Luc Servais.
En él, los autores proponen un método de 4 pasos que ofrece al gerente de una PYME una guía para orientarle en la definición de un plan estratégico. La metodología que plantean consiste en proponer para cada etapa una serie de preguntas clave, cuyas respuestas permiten consolidar las bases necesarias para seguir avanzando hacia la elaboración de un plan concreto de acciones.
Primera fase: diagnosticar la propia empresa
El planteamiento inicial se basa en saber cómo podemos fijar esas metas y objetivos empresariales a largo plazo ya que de otra manera es imposible conocer de dónde partimos. Por eso, el primer paso consiste en realizar un diagnóstico de la empresa y, de forma paralela, tratar de identificar con claridad las tendencias del mercado.
Para lograrlo, necesitamos preguntarnos:
- ¿Qué hacemos?
- ¿Cuáles son nuestras ambiciones para el futuro?
- ¿Qué pide el mercado y qué ofrece la competencia?
- ¿Dónde estamos hoy?
Las respuestas a esas preguntas permitirá que podamos identificar las fortalezas y debilidades de nuestra PYME, las ambiciones y los valores del equipo directivo, las amenazas y oportunidades relacionadas con el entorno y, finalmente, corroborar la coherencia interna de la empresa.
Segunda fase: determinar la estrategia de futuro a corto plazo
¿Cuál es nuestra posición estratégica actual? ¿Cuáles son las opciones que tenemos de cara al futuro? ¿Qué vamos a hacer mañana? ¿Qué camino debe tomar la compañía para asegurar su crecimiento y su rentabilidad?
Las respuestas a esas preguntas permiten posicionar correctamente nuestra empresa en relación al mercado y a la competencia. Al mismo tiempo, ayudan también a identificar los retos estratégicos y determinar el camino a seguir en el futuro.
Tercera fase: definir la visión a medio plazo
¿Dónde queremos estar dentro de tres años? Para poder responder a esta cuestión, antes es importante fijar una meta futura común a todos los miembros del equipo directivo. Así pueden compartir un objetivo, concretar un proyecto futuro y visualizar, desde sus funciones y responsabilidades, la línea de meta. Este ejercicio participativo, que aúna esfuerzos para crear una visión común, es altamente beneficioso en aras de la cohesión del equipo.
Cuarta fase: desarrollar un plan de acción
Llegados a este punto, el equipo directivo debe concretar la línea de actuación a seguir para alcanzar los objetivos empresariales. Y, así, debe plantearse:
- ¿Cuáles son las prioridades del año?
- ¿Cómo transformar los objetivos en acciones concretas?
- ¿Cómo medir los progresos a lo largo de todo el periodo?
Se trata de que cada miembro del equipo alcance una comprensión exacta de cuáles son sus tareas y objetivos empresariales para el próximo año, para que los implemente a través de un plan de acción y los pueda controlar mediante un completo cuadro de mando.
Un enfoque participativo en los objetivos empresariales
Ese método de pensamiento estratégico brinda a las empresas una oportunidad para iniciar un proceso de reflexión colectiva que posibilita el que los principales responsables de una PYME conozcan cuáles son los problemas actuales de la compañía y participen en la definición de un proyecto de futuro.
Este planteamiento es el pilar del éxito de una política de cambios, ya que fomenta el consenso y ayuda a tomar conciencia de los cambios de hábitos y conductas que se deberán implementar para poder responder positivamente a las necesidades del mercado.
El proceso de enfoque estratégico es, a la vez, una fuente de cohesión para el equipo y de motivación para sus miembros al converger en un objetivo común. Debe involucrar a personas escogidas, propietario o gerente, comité de dirección, si existe, o principales directivos de la compañía. Una vez definidas las líneas estratégicas, el grupo deberá comunicarlas y transmitirlas al resto de miembros de la PYME quienes se centrarán en el "cómo", pasando ya a la siguiente fase del proceso, con la cuestión acerca de la manera de aplicar las decisiones estratégicas.
Fuente: Stratellia y ?PME et Stratégie? Christian Paquay et Luc Servais.