Conciliación laboral: ventajas, beneficios y ejemplos
En España se trabaja mucho. Es uno de los países en los que más horas invertimos en el trabajo. Pero la pregunta que deberíamos hacernos es la siguiente:
¿Se trabaja bien?
Desgraciadamente la respuesta es que no.
El papel de la conciliación
¿Y qué papel juega la conciliación laboral en este aspecto? Uno muy importante ya que mejorar estos datos pasa necesariamente por un cambio de rentabilidad basado en la flexibilidad laboral de las empresas y la conciliación familiar. El problema es que los empresarios todavía no se atreven a flexibilizar el puesto de trabajo por ejemplo a través de horarios flexibles o mediante el teletrabajo. Lo cual es todo un error, ya que está más que demostrado que el teletrabajo es uno de los métodos que más impulsa la productividad y más beneficios conlleva tanto para los trabajadores como para la empresa en sí. Si quieres saber más sobre teletrabajo, echa un vistazo a nuestro ebook gratuito Cómo implantar un proyecto de teletrabajo de forma exitosa.
Facilitar la conciliación laboral a los trabajadores no debe suponer un freno para las empresas sino más bien un reto. Un reto que puede reportar importantes ahorros para las organizaciones, mejoras en la productividad y reducción de los niveles de absentismo. Los datos que tenemos es que la conciliación laboral mejora la productividad en un 17% y reduce el absentismo de las compañías en un 30%. En definitiva, el equilibrio que otorga la conciliación laboral sería muy positivo tanto para empresas como para trabajadores.
Ejemplos prácticos de conciliación laboral
- Horarios flexibles: la principal ventaja de esta medida de conciliación laboral es acabar con la cultura del presentismo en las empresas. De nada sirve estar 10 o 12 horas cada día en la oficina si ese tiempo no ha sido efectivo y aprovechado en su mayoría. ¿Qué pasaría si dejamos a los empleados administrar libremente su tiempo? Como personas adultas y responsables que son, no pasaría nada. El empleado no tendrá un horario cerrado de entrada/salida de la oficina sino que lo gestionará de la manera que crea conveniente siempre dentro de unos límites negociados previamente con sus superiores. Esto facilita mucho la conciliación y adaptabilidad de la vida personal y laboral, sobre todo cuando se tienen hijos dentro del núcleo familiar.
- Teletrabajo: gracias al teletrabajo se sonsigue facilitar mucho la conciliación laboral. Por ejemplo, se puede empezar con una prueba piloto de teletrabajo a un grupo reducido de personas o un departamento. No recomendamos una situación de ?teletrabajo total? durante todos los días de la semana porque puede generar frustración y aislamiento social al empleado. Empezar con uno o dos días semanales para comprobar sus ventajas: más productividad, más motivación y menos gastos. Para que todo esto funcione es clave entender que el trabajo no es un sitio sino un resultado, restando importancia a la ubicación desde donde lo realicemos. Sólo así mejorará la calidad de vida laboral de los trabajadores y se potenciará su competitividad dentro de la empresa.
- Libre uso de Internet: ¿quién no ha visto cerrar la ventana de un ordenador cuando el jefe pasa cerca? Para evitar esto muchas organizaciones limitan el uso de Internet bloqueando ciertos servicios web que consideran improductivos o no necesarios para la realización de la actividad. Además del coste que supone tener un firewall de bloqueo u otras tecnologías de pago, supone un factor de frustración para los trabajadores, pues genera desconfianza. Por eso defendemos el uso libre de Internet dentro de unos límites. No se trata de ser policías de nuestra plantilla, frenar el progreso e ir contracorriente, sino de flexibilizar los puestos de trabajo haciendo conscientes a los empleados de cómo gestionan su tiempo para optimizarlo al máximo posible.
La regla del 8-8-8 que facilita la conciliación laboral
No nos engañemos, nadie trabaja realmente más de 8 o 9 horas diarias. Y en caso de hacerlo, ese tiempo empleado de más no será productivo. El cerebro humano se satura y llega un punto en que no es capaz de trabajar al más alto nivel e incluso puede afectar negativamente a nuestro rendimiento. La solución es darle un descanso a tu mente y reponer fuerzas para encarar el siguiente día al 100%.
En un mundo ideal y perfecto las 24 horas del día se dividirían de la siguiente manera:
- 8 horas para dormir
- 8 horas para trabajar
- 8 horas para nuestro tiempo personal
Lamentablemente esto ocurre en contadas ocasiones pero? ¿es esto posible? Por supuesto. Nuria Chinchilla, catedrática y directora del centro internacional de trabajo y familia de IESE, nos lo muestra en su presentación ?Conciliar presupone regresar a Greenwich?. En esta presentación se nos explica los beneficios que nos aportaría pasar a formar parte del huso de Greenwich (al cual pertenecíamos antes de 1942).
Eso sí, todo esta teoría habría que ponerla en marcha conjuntamente con un cambio en nuestra mentalidad sobre el trabajo. Los empleados tendrían que hacer un esfuerzo para reducir el tiempo de sus pausas como el almuerzo a mitad de mañana o la hora de la comida. Esto, unido a entrar un poco antes a la oficina, hace que sea posible cumplir con la regla del ocho. Con un horario de entrada sobre las 8-9h de la mañana, tomarse 30-45 minutos para comer y un horario de salida sobre las 17-18h estamos facilitando la conciliación laboral a los empleados a la vez que mejoramos su productividad y motivación; se sienten más satisfechos y valorados por su esfuerzo. Además, menos horas en la oficina suponen importantes ahorros energéticos para la empresa.
Finalmente, otro cambio que contribuiría a mejorar esta conciliación entre la vida laboral y la vida familiar es dejar atrás conductas y pensamientos del s. XX: hombres que no quieren volver temprano a casa o creer que la voluntad de ser madre requiere renunciar al desarrollo de la propia carrera profesional.
Rompamos con las barreras que impiden una conciliación laboral efectiva. Entre todos podemos.