Antes de definir un plan estratégico, es importante tener claro cuáles son nuestras prioridades. Solo así podremos cumplir nuestros objetivos empresariales en el plazo de tiempo deseado.
Establecer prioridades es básico en cualquier organización. Solo así sabremos distinguir lo importante de lo urgente, y los lugares exactos en los que tenemos que centrar nuestros esfuerzos. Las prioridades son las que nos permiten estar cada día más cerca de alcanzar nuestros objetivos empresariales. Además, permiten hacer nuestro día a día mucho más fácil, ya que nos ayudan a enfocar nuestro trabajo en una dirección concreta. En una empresa, debemos procurar cumplir el Principio de Pareto, también conocido como la regla del 80/20.
Principio de Pareto para establecer prioridades
Esta afirma que, que en cualquier ámbito de la vida, el 80% de los efectos es producido por el 20% de las causas. Por ejemplo, el 80% de la riqueza pertenece al 20% de las personas. Si aplicamos este principio en el ámbito empresarial, puede significar que el 80% de tu almacén lo ocupa tan solo el 20% de tus productos, que el 80% de las ventas viene del 20% de tus clientes… y que el 20% de tus acciones conseguirán el 80% de los resultados.
Por ello, este principio es de gran importancia para establecer prioridades. Lo primero que debemos hacer es identificar qué acciones son las que producen la mayor parte de nuestros beneficios. Identificar estas acciones y establecer prioridades será el funnel que trazaremos para aumentar el desempeño laboral en nuestra compañía y alcanzar nuestras metas rápidamente.
Para ello, puedes basarte en las siguientes 3 claves para establecer prioridades e identificar las acciones que más resultados producen.
Tareas o servicios que cubre tu negocio
Para comenzar, lo mejor que puedes hacer es analizar tu producto o servicio. Identifica todas y cada una de las tareas específicas que tu producto realiza. Luego, examina tu historial de ventas. ¿Cuáles son los motivos principales por los que te contratan los clientes? ¿Qué necesidad cubres a la mayoría? Llevar a cabo este análisis te permitirá conocer las áreas exactas en las que deberías volcar la mayor parte de los esfuerzos de tu empresa. Este paso puede ser muy útil para elaborar una lista de tareas en la que los trabajadores deban enfocarse. Recuerda establecer prioridades incluso en esta lista, trata de localizar todas aquellas funciones de tu producto o servicio que son cruciales para el cliente. Céntrate en mejorar esas, y mantenerlas vigiladas para que siempre estén en las mejores condiciones posibles.
Buyer Personas
A continuación, lleva a cabo un estudio de tu público objetivo. Debes preguntarte quiénes son exactamente tus clientes. Establece una lista de datos que necesitas conocer para poder dirigir tu producto exactamente hacia ellos. Aquí, busca la respuesta a la siguiente incógnita: qué nexo es crucial entre cliente y producto, para que la relación funcione correctamente. Por ejemplo, si tu producto son cámaras fotográficas, analizarlo te permitirá saber exactamente en qué centrarte para alcanzar a tus potenciales clientes. ¿Tu producto está destinado a profesionales, o amateurs? Lleva a cabo un análisis de la población, y consulta estudios al respecto. ¿Quién es el público mayoritario de tu producto? Hazte todas las preguntas que consideres necesarias para que el producto pueda ser interesante para tus potenciales clientes. Puede que necesites saber a qué se dedican, puesto que tus cámaras sean exclusivamente para profesionales. O puede que necesites conocer su edad, si tu producto ha surgido por una tendencia concreta entre el público más joven. La cantidad de preguntas no ha de ser limitada, sino más bien centrada en lo que deseas conseguir.
The Golden Circle
Puede que hayas oído hablar de Simon Sinek. Es un divulgador inglés que popularizó el término Golden Circle o Círculo Dorado. A continuación, puedes ver una ilustración del mismo.
Según Sinek, la mayoría de las empresas saben qué es aquello que producen. Un sector más reducido de estas empresas saben cómo lo hacen y los procesos que siguen para ello. Sin embargo, son muy pocas las empresas que saben por qué hacen lo que hacen. Sinek te invita a que empieces por esto último para establecer prioridades en tu organización y cumplir tus objetivos. Primero, define por qué existe tu negocio. Trata de comprender la razón de ser de tu compañía. Luego, enfócate en planificar cómo lograrás aquello que te propones, y finaliza teniendo una visión clara de qué es tu producto o servicio.
La razón de ser de tu compañía, debe ser la que dicte las decisiones que tú y tu equipo tomáis para llevar vuestro negocio. Cada nuevo detalle del producto, cada cambio en el servicio, cada campaña de marketing o plan de ventas, e incluso cada cambio de precio, deberá alinearse con la razón de ser de tu compañía.